Fúnez cesó ayer en el cargo de presidenta de Nuevas Generaciones en el 12 Congreso Nacional, en el que los más de 800 compromisarios asistentes al cónclave eligieron como sucesor a Nacho Uriarte con un porcentaje de votos válidos superior al 80 por ciento.

En su discurso de despedida como presidenta de Nuevas Generaciones, puso al tenista Rafael Nadal como ejemplo de la "nueva España" que están construyendo los jóvenes porque en sus partidos lleva una muñequera y una cinta con la bandera de España, "una bandera de unión, de consenso, de concordia y de diálogo".

Cuando hace cinco años y medio tomó el mando de Nuevas Generaciones, recordó que sentía "pasión por la política, por la libertad y por España". Ahora, después de dos años de gobierno de Zapatero, afirmó que siente "más pasión por la política, más pasión por la libertad y más pasión por España".

Admitió que hay miles de jóvenes que no valoran de igual manera la política y aseveró que si no lo hacen es porque, desde que Zapatero ganó las elecciones generales, se ha dedicado a "callar y pisotear" a las víctimas del terrorismo, a las que definió como "lo más importante que tenemos en la política".

Fúnez acusó al presidente del Gobierno de cargarse la "libertad" de los españoles con las reformas territoriales emprendidas durante estos dos años de mandato en la que ha promovido "una España de la memoria histórica y una España de la ruptura".

Al finalizar el discurso, Fúnez acabó con los ojos repletos de lágrimas al recibir un homenaje sorpresa de la nueva dirección de Nuevas Generaciones, que consistió en la proyección de un vídeo de estos cinco años de mandato y una placa conmemorativa por el trabajo realizado al frente de la organización.