En el acto, el responsable de Accesibilidad de Fundación ONCE, Jesús González, afirmó que, "si abordan la accesibilidad de los servicios turísticos, no lo hagan porque obliga la ley o por sensibilidad, sino como una oportunidad de negocio".

Al encuentro, que se celebró en el Hotel Confortel Suites de Madrid, acudieron los representantes de las principales asociaciones de directivos de hoteles, restaurantes y agencias de viajes de España, así como jefe del Departamento de Calidad en el Sector Turístico de la Organización Mundial del Turismo, Henry Hanson. Todos ellos pudieron conocer las posibilidades comerciales que comporta facilitar el turismo a las personas con discapacidad.

En España viven 3,5 millones de personas con discapacidad y en Europa la cifra se eleva a 50 millones. De ellos, al 84 por ciento le gusta viajar y el 50 por ciento tiene tiempo para hacerlo.

A la hora de viajar, las personas con discapacidad no se guían por criterios económicos, sino por la accesibilidad que pueden encontrar en lugares, establecimientos y servicios, ya que el 61 por ciento reconoce que su discapacidad supone multiplicar sus gastos hasta casi el doble de lo que pueden gastar los turistas que no tienen ninguna minusvalía.

El potencial de gasto de los usuarios con discapacidad fue demostrado por Jesús González con el siguiente dato: "el año pasado los alemanes con discapacidad gastaron hasta 27 millones de euros en actividades turísticas".

Sin embargo, la evidencia de que la accesibilidad es todavía una asignatura pendiente en el turismo español, viene reflejada en un estudio hecho público por la Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (PREDIF) que señala que, de 431 hoteles analizados, sólo tres cumplían las normas de diseño para todos.