Autodidacta y consciente de que las imágenes que crea surgen de su invención, Calderón percibe no obstante su obra como un ente vivo que puede expresarse tan solo desde el ejercicio de dibujar. Afirma que no inventa, sino que descubre en el dibujo “esa otra vida que se esconde tras la línea”.

‘Merxhellip y El Bosco’ se ha presentado en la Sala Cambio de Sentido de Fundación ONCE en un acto que ha contado con la presencia de José Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE, y de la autora de la exposición. Además, también han estado Antonio Martín, alcalde de La Puebla de Cazalla, y varios concejales de la localidad sevillana de donde es la autora.

La muestra tiene su origen en 2002, cuando Calderón se centra en un solo proyecto basado en la creación de variaciones de un único personaje, mezcla de hombre y antílope. Esta figura, siempre masculina, estilizada, de color negro, con largos cuernos y nariz puntiaguda, se define a través de un amplio catálogo de variaciones. Aunque todos estos personajes se llaman Marcos, con alguna diferenciación como Margko o Markôus, cada uno tiene apellidos distintos y una personalidad propia.

En este contexto nace en 2018 Margko Phllowers Hernamz, alias Merxhellip, ‘Merx’ para los amigos, de procedencia gallega y de profesión marinero, quien se ha convertido en el centro de las creaciones de la artista. En 2019, ‘Merx’ dejó de ser marinero para dedicarse a la interpretación y protagonizar todo un desfile de escenas extraídas de ‘El jardín de las delicias’ que pueden verse ahora en la Sala Cambio de Sentido de Fundación ONCE.

En la exposición, Calderón expone un total de 34 dibujos divididos en dos series: el Jardín y el Infierno. La primera se compone de imágenes felices que la artista describe así: “Los amigos de Merx, protagonista de la obra, y Marx, su pareja, disfrutan de un día de campo. Montan sobre sus Mohurxhes, una especie de caballo marino, pero de procedencia portuguesa, y disfrutan compartiendo la comida: salchicha y hamburguesas gigantes, un Mayxhartt (una especie de pez espada), una enorme cola de Marktuna (otro tipo de pescado parecido al atún), un pimiento o un tomate gigante… “.

En la segunda serie, perteneciente al Infierno, se ilustran los martirios a los que quedan sometidos los condenados. En ella, explica la autora, un grupo de personajes se esconde tras una tabla gigante para que los demonios no les hagan daño. Uno de ellos lleva un dado en la cabeza, atravesado por un arpón, simbolizando que el juego acaba de comenzar. Un demonio marino asesino gigante, llamado Marxhkuâlle y sentado en un retrete alto sin fondo, devora a sus víctimas para luego defecarlas dejándolas caer al vacío, a lo más profundo del abismo, donde acaban sumergidas en aguas fecales frías y repletas de criaturas marinas. Un grupo de los condenados se reúne mientras uno de ellos sostiene una gran cruz simbolizando el martirio.

Fátima Calderón Álvarez nació en La Puebla de Cazalla (Sevilla) en 1986. Es autodidacta y desde que era adolescente dibuja de manera prolífica, con gran efusividad a la par que con una actitud muy metódica y detallista. Practica el Art Brut en un taller del centro ocupacional de su localidad natal. Su obra está formada por dibujos cuyos motivos emergen de la imaginación, los sueños y la fantasía.