Así se expresó Romero durante una jornada sobre financiación autonómica celebrada por Funcas, donde se refirió al acuerdo entre PSC y Esquerra Republicana para fijar una financiación ‘singular’ de Cataluña, del que dijo que “ha habido discusión sobre si realmente” el término de concierto es adecuado. “Nos puede gustar más o quizás menos el término, pero desde luego está muy cercano, está muy próximo a un concierto económico como el que hay en País Vasco y Navarra”, resolvió.

Expuso que en Cataluña se recaudan unos 30.000 millones de euros al año, de modo que renunciar en el estado a ello detrae recursos “importantes” para políticas de “redistribución”, además de que Cataluña reduciría su aportación a la solidaridad interterritorial.

A su juicio, este “no es el mejor punto de partida para comenzar una nueva reforma del sistema de financiación autonómica, porque es una aspiración muy maximalista, donde tener todas las competencias detrae muchos recursos para el resto de las comunidades autónomas”.

En cambio, como aspecto positivo del pacto sobre la financiación de Cataluña, subrayó que, “para bien o para mal”, esto ha “avivado el debate social sobre la necesidad de que hay que reformar de una vez el sistema de financiación autonómica”. Y la reforma debe hacerse, a su criterio, de forma “rápida”, porque es algo que también “conecta” con las nuevas reglas fiscales que debe cumplir el Estado español en su conjunto.

MALA SUERTE

Romero explicó que el actual sistema de financiación autonómica se pactó en 2009 y “tuvo la mala suerte de que se empezó a aplicar” cuando estaba produciéndose una crisis económica. Además, destacó que hubo “ganadores y perdedores”, con “grandes diferencias” entre regiones como la Comunidad Valenciana, a la cola, o Cantabria, mejor financiada.

Para reformar el sistema, explicó que existe un libro blanco que plantea apartados esenciales como la “corrección de las distorsiones en la nivelación” y abordar la “insuficiencia” de recursos, dando más instrumentos a las comunidades para asegurar una provisión de servicios públicos. En este punto, señaló que ya se ha avanzado mucho con el IRPF, por lo que ahora queda margen en los impuestos indirectos.

“Desde el punto de vista de largo plazo, a lo que se enfrenta tanto la administración central como la autonómica, es a un aumento importante del gasto público generado por el envejecimiento de la población. En los próximos cuatro años va a aumentar en torno a cuatro puntos”, añadió este experto, quien avisó de que “vamos a necesitar un esfuerzo adicional importante que tendrá que venir por el lado de los ingresos y no tanto por el control del gasto”, aunque aclaró que este segundo aspecto también es necesario.

Romero también resaltó que el libro blanco existente es crítico con el cupo navarro y vasco porque “estos territorios no participan en la solidaridad interterritorial” y es un sistema más basado en lo confederal que en lo federal, porque genera “desagravios” a igual población e igual esfuerzo fiscal.

DESINFORMACIÓN

Por otra parte, en la jornada se celebró una mesa entre la catedrática de la Universitat de Barcelona Núria Bosch y el catedrático de la USC e investigador sénior de Funcas Santiago Lago, quienes coincidieron también en la urgencia de reformar el sistema de financiación de las comunidades.

Para Lago, es un debate “constitucional” porque afecta a los servicios públicos básicos, aunque avisó de que hay “falta de información” en este asunto, porque en torno al 80% de los ciudadanos consideran que su región está “mal tratada” en la financiación, lo que no es posible en la realidad.

Bosch incidió en que es “muy difícil” el acuerdo al haber tantos intereses en juego y tan diferentes. Además, defendió que “se puede descentralizar” el impuesto de sociedades, como ya sucede en países como en Alemania. “Hay fórmulas para territorializar los ingresos”, incidió esta experta. Pero Santiago Lago negó que el tributo de sociedades sea un “buen candidato” para la descentralización porque ya se ha podido visibilizar en País Vasco y Navarra.

Por otro lado, Nuria Bosch dijo que “es justo” que si una comunidad recauda más, aunque aporte una parte para la solidaridad interterritorial, sí se mantenga en una cierta nivelación y que sus ciudadanos puedan mantener más recursos. Eso sí, reconoció que el dilema es pactar “en qué proporción” se beneficia a las regiones que más recaudan y cuánto deben destinar a la solidaridad.

Mientras que no se logre un nuevo sistema de financiación, Núria Bosch sostuvo que “un primer paso” podría ser que en los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE) se inyecte dinero a las comunidades para corregir transitoriamente los “desequilibrios” vigentes en la actualidad.

QUITA DE DEUDA

Por otro lado, si se pacta una quita de deuda en las comunidades, por ejemplo del 20%, Santiago Lago defendió que para evitar agravios debería aplicarse en todos los territorios “por igual” de forma pér cápita. En cualquier caso, deslizó que no es la opción más deseable por lo que respecta a la “credibilidad” del conjunto del Estado español.

Discrepó, en este sentido, Nuria Bosch, quien lamentó que en la situación actual haya comunidades con tantas dificultades para salir a financiarse a los mercados. Con todo, reconoció que existe un dilema “moral”, porque cabe preguntarse si se debe compensar por igual a territorios que bajan impuestos o que han hecho una mala gestión de los recursos.

Sobre la situación concreta de Cataluña, Bosch destacó que hay “consenso” en la autonomía de que no está bien financiada. Mientras, Lago juzgó que no se puede evaluar los niveles de inversión en un territorio año a año, sino de forma acumulada, porque “es evidente” que si en un territorio ya se ha construido el AVE, pues luego se invierta en otros para darles nuevas infraestructuras.

Finalmente, Lago comentó que Esquerra “acierta cuando habla de concierto económico solidario”, ya que esa es la figura que se está planteando con lo que se conoce del acuerdo sobre la financiación ‘singular’ de Cataluña.