Así lo refleja el último número de la publicación ‘Papeles de Economía Española’, editada por Funcas y que recoge un artículo de Lola Gadea y Carlos Martínez sobre los fondos europeos y las respuestas de la UE a la invasión de Ucrania, el repunte de la inflación y la crisis de los mercados energéticos.

El artículo repasa que la Comisión Europea ha propuesto el ‘Plan Industrial de Cero Emisiones’ con un conjunto de ayudas de Estado para reducir las emisiones contaminantes y contribuir a la sostenibilidad medioambiental, “lo que podría llevar a una carrera de subsidios entre Estados miembros y poner en riesgo el mercado interior”.

Ante este riesgo, los autores proponen crear un fondo europeo destinado a financiar los objetivos climáticos europeos, “lo que podría requerir la prolongación” de los fondos para la recuperación.

Además, apuntan que ese fondo “debería estar estrechamente vinculado a la reforma de las reglas fiscales”, dado que “una capacidad fiscal central diseñada para financiar bienes europeos, con la adecuada condicionalidad, también permitiría a los Estados miembros alcanzar posiciones presupuestarias sostenibles”.

En esta línea, otro artículo recogido en la publicación de Funcas firmado por Raymond Torres y Patricia Sánchez analiza cómo los sucesivos ‘shocks’ de los últimos años han mermado el crecimiento de la economía europea, a la vez que plantea la necesidad de afrontar desafíos energéticos, tecnológicos y geopolíticos. Dado que la capacidad fiscal de los países para realizar por sí solos estas transiciones se ha reducido, según destacan, especialmente en las economías más endeudadas, las más expuestas a la espiral de tipos de interés.

Avisan de que el papel estabilizador de la política fiscal se ve limitado por la reactivación inminente de las reglas fiscales y por el cambio en las condiciones financieras en los mercados de capitales. Por ello, apelan a buscar una mayor capacidad fiscal común y poner en común los recursos para posibilitar una política económica de conjunto.

Entre otros artículos recogidos en la publicación, también destaca el de María T. Costa-Campi y Elisenda Jové-Llopis sobre la política energética de la UE y en el que analizan los efectos del cambio climático y el reto que suponen las restricciones en las fuentes tradicionales de energía para asegurar el suministro y ser competitivos y sostenibles al mismo tiempo.

A juicio de las autoras, a pesar de la mayor estabilidad en la situación energética durante el primer semestre de 2023, sigue habiendo muchas incertidumbres y desafíos como es la pobreza energética. Si bien consideran que la protección social supone un alivio en el corto plazo para las familias más vulnerables, piden que estas medidas sean complementadas con otras estructurales con repercusión a medio y largo plazo. La mejora de la eficiencia energética, el despliegue de energías renovables a nivel doméstico y el fomento de las comunidades energéticas, entre otras, son acciones que consideran que se deben seguir trabajando.