Los doctores calculan que, cada año, alrededor de una tercera parte de los adultos sufren uno de estos ataques de pánico, que incluyen dificultades respiratorias, mareos, aceleración del ritmo cardiaco, sudores e incluso náuseas. Un grupo de expertos de distintos Estados norteamericanos han comprobado, en una investigación pionera, que estos episodios de pánico tienen mucho que ver con la adicción al tabaco.

Para ello, llevaron a cabo un seguimiento de más de 1.000 personas -fumadores y no fumaores- de edades comprendidas entre los 21 y los 30 años y constataron que los adictos a la nicotina tenían más probabilidades de padecer uno de estos ataques por primera vez que aquellos que nunca habían caído en el vicio. Por otra parte, los investigadores niegan que aquellos no fumadores que experimentaron por primera vez pánico tuvieran más tendencia a comenzar a fumar después como consecuencia de ello.

El grupo de expertos americanos sospecha que la nicotina afecta el cerebro humano incrementando l riesgo de sufrir uno de estos episodios, pero no descartan que haya otras razones aún por conocer.