Según fuentes de la Benemérita, sus agentes han establecido controles en ambas islas, ya que los ocupantes de algunas pateras no desembarcan en puertos, sino que lo hacen en cualquier lugar de la costa, donde abandonan la barca y comienzan a uscar trabajo en el interior asumiendo su condición de ilegales.

El último caso se produjo el pasado jueves en Lanzarote, donde se encontró una patera en las costas del municipio de Tías. Efectivos policiales comenzaron la búsqueda de los tripulantes de la embarcación, hasta que detuvieron a seis inmigrantes que provenían de las costas africanas.

En la mayoría de las ocasiones, en lugar de esconderse entre la población, estas personas optan por entregarse a las autoridades y solicitar con posteriridad el asilo político, alegando que son ciudadanos saharauis perseguidos por Marruecos.

En algunos casos se ha comprobado que estas afirmaciones eran falsas, ya que, tras solicitar referencias al Frente Polisario, se verificaba que son ciudadanos marroquíes que buscan de esta forma un contrato de trabajo para intentar comenzar una vida mejor.