Lo hizo en presencia del rey Felipe VI, que se encontraba en el Palacio Real de La Granja con motivo de la reunión del Patronato del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, en un día en el que se conmemora el tricentenario del Real Sitio, según informó Patrimonio Nacional.

Esta fuente ha vuelto a entrar en funcionamiento después de un “intenso proceso de restauración” que se ha prolongado durante tres años y en el que los técnicos han trabajado sobre un conjunto de válvulas y tuberías originales del siglo XVIII.

La Fuente de Andrómeda, esculpida en plomo por el artista René Frémin, culmina el grupo de fuentes que decoran el trazado original del jardín y que parte de la fachada principal del palacio. Situada a 1.209 metros sobre el nivel del mar, es la fuente con mayor cota de altitud de los jardines de La Granja, y su chorro principal, que brota de la boca del dragón, alcanza más de 30 metros, una altura sólo superada por la Fuente de la Fama.

Entre los trabajos acometidos por Patrimonio Nacional, destaca la rehabilitación de las válvulas que permiten al agua procedente del estanque de El Mar llegar a la fuente. El mecanismo del chorro principal supera los 1.350 kilogramos y el que deriva el agua a los 44 surtidores complementarios ronda los 900 kilogramos.

FUGAS REPARADAS

Los expertos de Patrimonio Nacional también han reparado las fugas detectadas en el recorrido de tuberías que surten de agua a la fuente, para lo cual han utilizado 60 kilogramos de estaño; mientras que el vaso de la fuente, con capacidad hídrica de 2.444 metros cúbicos, se ha limpiado en profundidad.

En el centro del estanque se alza la imagen escultórica de la fuente, que representa el rescate de Andrómeda, de donde procede su nombre. El relato mitológico cuenta que la princesa iba a ser devorada por una bestia enviada por Poseidón, pero Perseo lo impidió. La fontana muestra el momento en que el héroe acuchilla a la bestia -representada por un dragón- mientras le enseña la cabeza de Medusa para inmovilizarla.

En el cuerpo del dragón se observan una multitud de orificios, que son las heridas infligidas por la espada de Perseo y, a la vez, funcionan como surtidores de agua. Esta circunstancia convierte a la Fuente de Andrómeda en un ejemplo muy singular dentro de los 26 grupos de fuentes que hay en La Granja, puesto que esos pequeños chorros de agua crean una cortina que tapa la parte inferior de la escultura.