La cifra de muertos en carretera se ha reducido en el último trienio tanto como durante los 17 años anteriores, en gran medida gracias a la extensión del control mediante radar y a la elevación de las multas. Medidas como éstas han permitido desde 2003 una toma de conciencia nacional sobre la magnitud del problema de la seguridad vial.

Según los propios cálculos del Gobierno francés, en los tres últimos años han sido salvadas más de 6.000 vidas y más de 100.000 lesiones evitadas. En el año que ahora termina se practicaron 10 millones de controles de alcoholemia a automovilistas franceses (aunque sólo 13.000 para la detección de haber consumido cannabis).

Pese a los buenos resultados cosechados en términos de reducción de la siniestralidad en las carreteras, las autoridades francesas no bajan la guardia y proyectan la instalación de 500 nuevos radares durante el año próximo.