"Se dieron cuenta de que había que estar con el Rey y la Constitución y de que sobre eso no se podía bromear", declaró el líder conservador.

Fraga aseguró que en ningún momeno del asalto, del que mañana se cumple el décimo aniversario, sintió temor, porque "nunca tuve la menor duda de que los guardias civiles son cualquier cosa menos terroristas o criminales, incluso en momentos tan mal mandados".

"En el breve tiempo que estuve fuera del salón de sesiones pude comprobar cuál era su actitud: estaban preocupadísimos", añadió el por aquel entonces líder de Alianza Popular.

Para Manuel Fraga, el intento golpista del 23-F terminó con algunas frivolidades de ciertos gruposde la izquierda. "Desde aquel momento la política española se serenó bastante", manifestó el político, al tiempo que desmintió que después de 1981 volviera a escucharse "ruido de sables" en los cuarteles.

El líder conservador confesó que siempre ha estado tan en contra del militarismo como del antimilitarismo, así como contra el belicismo y el "falso antibelicismo".

"Creo que es bueno que la sociedad española reflexione sobre ello en este momento, porque un país sin una mínima capacidad de defens no existe", concluyó.