Fraga, que defendió la evolución de la organización territorial del Estado dentro de los límites que establece la Constitución, arremetió contra vascos y catalanes por basarse en criterios de legitimidad histórica o diferenciación del resto de los territorios para atacar las bases establecidas en la Carta Magna.

"Durante estos últimos años", dijo, "no hay autonomía que no esté reescribiendo su historia egional: los criterios victimistas y revanchistas aparecen con lamentable frecuencia, acompañados no pocas veces de distorsiones y tergiversaciones que entristecen el ánimo, porque no se busca tanto la reivindicación de la verdad, como la acentuación de los disensos".

Criticó a los nacionalistas vascos por tratar de hacer prevalecer su fueros históricos por encima de los preceptos constitucionales y a los catalanes por pretender un estado federal en unos aspectos y confederal en otros, lo que supondrí una reforma total de la Carta Magna.

"En mi opinión, el concepto de 'hecho diferencial', que a primera vista supone una inocente apelación y una justa defensa de las diferencias lingüísticas y culturales que tanto enriquecen la cultura española, esconde, como lo demuestra su uso dialéctico en los parlamentos autonómicos y en las Cortes españolas, un añagaza constitucional", dijo.

En este sentido, dijo que el respeto a la diferencia es "inaceptable" si lo que se pretende es consolidar diferenciaseconómico-sociales, o aún peor, discriminaciones jurídico-políticas. "Eso es inaceptable, sencillamente porque es inaceptable la desigualdad ante la ley".

AUSENCIA DE CONSENSO

El presidente de la Xunta de Galicia consideró en su intervención que la integración territorial de España "es el problema constitucional más importante que tenemos pendiente".

En este asunto, "los españoles no hemos conseguido aún acceder a esa cota superior de consenso y coincidencia que permite considerar resuelto un poblema de gran calado político".

"Hay que reconocer", continuó, "que estamos aún lejos de alcanzar lo que podríamos denominar una solución estable, duradera, pacíficamente aceptada y reconocida por la mayor parte" de los ciudadanos.

En este sentido, el presidente gallego consideró "muy graves" las críticas a la Constitución porque proponen alternativas y modificaciones que conllevarían la vulneración de los principios de un Estado de derecho constitucional.

Para Fraga, la Carta Magna signifió un importante avance en la articulación del poder del Estado, por lo que discrepó con quienes opinan que su promulgación sólo sirvió para empeorar la situación.

A su juicio, el Estado autonómico ha sido "positivo" y debe ser "consolidado", pero la reordenación de las competencias territoriales basadas en el argumento de los derechos históricos, los hechos diferenciales o el derecho de autodeterminación "no son acertados".

"Constituyen retrocesos porque significan destruir el equilibrio" entre e Estado y las autonomías, circunstancia que se trató de prevenir en la redacción de la Constitución con el fin de mantener "la unidad básica de las España".

Esta visión no significa, según Fraga, que mantenga posiciones inmovilistas, aunque en todo momento defendió la evolución del Estado autonómico dentro de los límites que marca la Carta Magna.

Fraga se refirió a los efectos devastadores del terrorismo sobre el equilibrio consagrado en la Constitución. Reconoció la importancia del fenómeno de l violencia y calificó de "intifada a la española" los brotes de vandalismo callejero que se viven en Euskadi y que, a su juicio, sirven de "escuela de terrorismo puro y duro".