A través de un comunicado, el Foro informó de que esta decisión de la Compañía de Jesús es "un hecho grave, un atentado contra la libertad de expresión y contra el patrimonio artístico de los vascos".

Según la asociación que preside Mikel Buesa, el mural se encontraba en el edificio de los jesuitas de Bilbao que albergaba la sede de la congregación juvenil denominada de los "kotskas".

A este respecto, el Foro sostuvo que la orden de la eliminación de la obra de Ibarrola fue dada "conscientemente" desde la dirección de la Compañía de Jesús en Bilbao, aprovechando para ello el argumento de unas obras de rehabilitación del inmueble, así como otras "falsas excusas".

PERMISOS

Entre estos argumentos, la asociación que preside Buesa rechazó que se esgrima como justificación "el mal estado de los murales" o "la posesión de una licencia municipal y el consentimiento de Mari Luz Bellido", mujer de Ibarrola.

Según el Foro, "todas estas excusas han sido después absolutamente desmentidas, empezando por el Ayuntamiento de Bilbao, desde el cual se ha indicado que el permiso no contemplaba la destrucción de una obra de arte de la que ni siquiera se había dado la debida notificación a las instituciones".

Al mismo tiempo, esta asociación cívica destacó que el Departamento de Patrimonio de la Diputación de Vizcaya "niega incluso que haya sido consultado al respecto". Por otro lado, la Ley de Propiedad Intelectual, según el Foro, "prohíbe que una creación artística sea alterada, y mucho menos destruida, sin el consentimiento de su autor".