Arenas reveló que, de los 480.000 contratos, 333.114 corresponden a la nueva normativa y pronosticó que 1997 se cerrará con una cifra superior a 700.000 nuevos empleos indefinidos. "El miedo al contrato indefinido ha desaparecido", dijo.

En concreto, a fecha del 17 de noviembre (n seis meses justos de funcionamiento de la nueva normativa) 194.000 jóvenes han obtenido un contrato indefinido, cifra a la que hay que sumar 107.000 mujeres y 53.000 parados mayores de 45 años.

En este periodo, el porcentaje de contratación indefinida ha pasado del 4,1 al 9,5%. Si de enero a abril de este año se formalizaban al día 1.517 nuevos contratos de este tipo, esta cifra es superior a 3.400 en los seis primeros meses de la reforma.

El 70% de los 333.000 contratos debidos a la nueva normtiva corresponde a conversiones de contratos temporales en indefinidos (en especial contratos de obra y de lanzamiento de nueva actividad). El mismo porcentaje se realizó en empresas con menos de 25 trabajadores.

También el 70% de los contratos se dieron en el sector servicios. Las autonomías más beneficiadas por el auge de la contratación indefinida han sido Madrid, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón, mientras que las menos fueron Extremadura y Andalucía.

La reforma apenas se dejósentir en mayo, pero en junio ya se formalizaron 70.000 nuevos contratos indefinidos, cantidad que se elevó a 80.000 en julio y septiembre, y a 100.000 en octubre. En agosto esta cifra bajó a 55.000, mientras que en los primeros 17 días de noviembre se han realizado 50.900.

A pesar de estos datos "extraordinariamente positivos", según Arenas, el ministro mostró su preocupación por la alta tasa de temporalidad que sigue teniendo el mercado de trabajo, aunque destacó que "estamos en el buen camino".

A la pregunta de si el Gobierno iba a penalizar los contratos temporales, el ministro respondió que no es partidario de que se castiguen, aunque reconoció que, dentro del debate social abierto sobre las cotizaciones sociales, existe la posibilidad de "un recargo transitorio sobre algunos contratos temporales".

Justificó esta opción por el desequilibrio existente en la Seguridad Social entre las aportaciones que hacen los contratos temporales y los indefinidos, y los gastos ocasionados en las prestacines por desempleo por ambas modalidades.