En un primer estudio de reconocimiento, que fue grabado en vídeo, se constata que el casco está partido en dos, recostado sobre los bloques de hormigón de la escollera. La superestructura del buque ha desaparecido y la estructura está destrozada y retorcida, con mmparos, casco y cubierta perforados en múltiples lugares.

La apariencia es de un amasijo de chatarra, por lo que representa un serio riesgo para la seguridad, por lo que la Capitanía Marítima de Bilbao ha prohibido el buceo y navegación a menos de cien metros del pecio.