Esta medida tiene su origen en la solicitud de la Asociación de Empresarios del Comercio del Libro (AECL) para que la cadena francesa cesase esa oferta que, en su opinión, vulneraba el decreto del año 90 que establece el principio de precio fijo aplicado a los libros.

El mencionado auto judicial seala que "el precio fijo permitirá que la competencia entre establecimientos detallistas de distinto tamaño se establezca sobre factores diferentes al precio, permitiendo una oferta plural y mayor número de puntos de ventas en beneficio del consumidor final, esto es del lector".

La AECL consideraba que la campaña de descuento del 20 por ciento aplicada por este establecimiento desde el pasado día 12 de enero era un claro ejemplo de competencia desleal.

"En un sistema de precio libre, como ocurrió n Francia, donde lo tuvieron que suprimir, los libros de mayor fondo cultural desaparecen porque son absorbidos por los libros de rápida rotación, que son los únicos capaces de soportar esta guerra de precios, y entonces se reduce la oferta", explicó a Servimedia Alberto Rodríguez de Ribera, secretario general de AECL.

"El hecho de que un ciudadano pueda comprar un libro al mismo precio en cualquier lugar de España es una garantía de la igualdad de acceso a ese libro", manifestó Rodríguez de Ribera, "ero eso es algo que aún debemos explicar a los consumidores, porque hasta la fecha, ni la Administración ni los libreros hemos sido capaces de transmitir la importancia de esta filosofía para mantener la calidad del libro".

Un caso similar de competencia desleal se produjo hace unos meses, cuando las cadenas de hipermercados decidieron reducir los precios de los libros de texto en las campañas escolares, y actualmente este conflicto está siguiendo su trámite judicial.

"Nosotros no tenemos ningún nconveniente sobre cualquier establecimiento que comercialice libros y que se atenga a la legislación vigente; cuantos más puntos de venta, mejor será para la difusión de la literatura y más se dinamizará el mercado", manifestó el secretario de la AECL.

La legislación de precio fijo de los libros existe en España desde el reinado de Felipe II, según prueban numerosos textos de la época. Se ha implantado mediante usos y costumbres desde 1911, desde el año 1975 tiene rango legal, y fue desarrollado en u decreto ley de 1990.

En Inglaterra y Alemania funcionan esos acuerdos de precio fijo desde hace cien años. En Francia hicieron la prueba de suprimirlo y tuvieron que volver al sistema anterior dado que la batalla de la competencia llenó las librerías de libros baratos, al tiempo que desaparecían los volúmenes de mayor precio y calidad.

Uno de los aspectos que producen más irritación es el hecho de que en Francia existe ahora una legislación de precio fijo, promulgada por Jacques Lang, que la cadna Fnac cumple allí, mientras que la misma cadena no respeta ni cumple ese mismo principio establecido en la legislación española.