Durante su intervención en el encuentro "Pasado, presente y futuro del Ministerio Fiscal", dentro de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Bermejo señaló que, cuando surgió una gran preocupación por la droga se creó la Fiscalía Antidroga, y así ocurrió también con la violencia de género, los menores y ahora con la Ley de Montes y el fiscal de Medio Ambiente.

Esta legislación implica crear en el Ministerio Fiscal "una imagen de actividad que rara vez se ha visto acompañada de la estructura de medios que haga viable que eso que se vende sirva realmente", criticó el fiscal.

Según Bermejo, al Ministerio "no se le deja nunca en paz", porque "es una institución enormemente flexible y elástica, somos como el chicle y podemos atender cualquier necesidad que se nos plantee", ironizó. Así, reiteró la, quizá "irresponsable", tendencia del "poder a estirar y estirar sin freno las escasas dotaciones" del Ministerio Fiscal.

"Estamos -explicó Bermejo- en una brutal amalgama que nos hace muy versátiles, pero con una enorme ambigüedad e indefinición que trasciende al día a día", lo que significa, agregó, "que somos una institución que pierde una energía en cosas que no debiera".

El fiscal jefe de Sala de lo Contencioso-Administrativo abogó por potenciar un órgano "imparcial y potente que dé respuesta" a los intereses colectivos. Para ello, es necesario la adopción de medidas que potencien la autonomía del Ministerio Fiscal frente a los poderes del Estado, así como la redefinición de su estructura orgánica", concluyó.