Durante el juicio, José Manuel Yepes negó su participación en los hechos que acabaron con la vida de Lorenzo Franco, Andrés Panduro y Juan Carlos Rumbo, que fueron acribillads a tiros la noche del 1 de diciembre de 1990 en la finca "Charco Lentisco", propiedad de Manuel Costa, donde acudieron a tantear algunas reses bravas.

Yepes, que llegó a modificar hasta cinco veces su declaración, aseguró al juez que las contradicciones en su testimonio se debieron a un pacto al que había llegado con su hermano pequeño, Pedro Antonio Yepes, y el empresario Manuel Costa.

Según su testimonio, Manuel Costa confesó en el mismo lugar de los hechos que había matado a uno de los novillros y que Pedro Antonio Yepes había matado a los otros dos.

Asimismo, aseguró que sus huellas aparecen en el arma porque se la arrebató a su hermano y añadió que no las limpió porque no tiene nada que ocultar.

Por su parte, Costa declaró que no contribuyó a acorralar a los novilleros para que José Manuel Yepes los matara, ya que esa noche él detuvo su coche en la finca y observó cómo los dos hermanos Yepes salieron a perseguir a los tres jóvenes. "Al poco tiempo escuché unos disparos y a Pedro Anonio Yepes decir 'ha habido una desgracia, mi hermano ha matado a tres personas'".

Costa señaló que entonces decidió llamar a la Guardia Civil, pero que el padre de los hermanos Yepes, José Yepes, aconsejó quemar los cuerpos y arrojarlos por un barranco.

Durante la vista se produjeron también numerosas contradicciones sobre la procedencia del arma homicida. En la sesión de esta tarde está previstop que declaren José Antonio Yepes y su hijo pequeño, Pedro Antonio Yepes.