En el juicio, que comenzó hoy en la Audiencia de Barcelona, el fiscal reclamó también que los procesados paguen más de 2.000 millones de pesetas en concepto de multa.

En sus conclusiones, Mena considera a María del Carmen Román Salas como el cerebro de la banda, ya que era la encargada de contactar con el resto de los procesados para introducir la droga en España.

En la mayoría de las ocasiones, los traficantes escondían la cocaína en su ropa inerior y recibían un millón de pesetas por entrega.

En diversas detenciones en aeropuertos y registros realizados en domicilios de Barcelona, la policía confiscó más de 30 kilos de cocaína, valorada en el mercado en unos 2.000 millones de pesetas.

Según el fiscal, la líder del grupo se encargaba de organizar los viajes a Brasil, recibir la mercancía y desviar los beneficios obtenidos con la venta a diferentes cuentas corrientes que tenía abiertas a nombre de sus hijos en bancos de Andorra, Ecuadory Holanda, y en las que llegó a acumular 80 millones de pesetas sólo entre 1989 y 1990.