Durante el juicio que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebró esta mañana, el fiscal acusó a Silva de los delitos de atentado contra agentes de la autoridad con resultado de muerte y de asesinato.

Sostuvo que, en el año 1989, Silva Sande era el jefe de un comando de los Grapo en el que se integraban Guillermo Vázquez Bautista y María Jesús Romero, ya condenados por estos hechos, así como Isabel Santamaría, fallecida en 1993.

Según la tesis de la Fiscalía, el 28 de diciembre de 1989, siguiendo un plan concebido por Silva, los cuatro terroristas se dirigieron a la sede de la Delegación de Hacienda de Gijón. Mientras Romero y Santamaría vigilaban en el exterior, Vázquez y Silva entraron en la oficina y se dirigieron a la caseta de seguridad.

Alonso sostuvo que el acusado fue quien disparó a los dos guardias civiles, mientras que Vázquez los remató cuando se encontraban en el suelo. Antes de huir, los terroristas robaron las armas reglamentarias de los agentes.

Durante su declaración ante el tribunal, Silva negó tajantemente haber participado en el asesinato que se le imputa. El acusado aseguró que en la época en la que ocurrieron los hechos él ni siquiera pertenecía ya a los Grapo y añadió que en diciembre de 1989 se encontraba en París.

Además de los 60 años de prisión, el fiscal pidió que Silva Sande indemnice a los herederos de los dos agentes asesinados con 250.000 euros.