Durante la noche del 29 de agosto de 1988 varios individuos entraron en el paneón de gallegos ilustres del Monasterio de Santo Domingo de Bonaval, tras romper una ventana, donde la policía encontró una huella correspondiente al procesado.

Los asaltantes huyeron después de intentar abrir la tumba del escritor, que murió en 1950 en Buenos Aires (Argentina), donde se exilió después de la Guerra Civil y cuyos restos fueron trasladados a Galicia en 1984.

El procesado declaró ante el tribunal que como gallego ha visitado el museo compostelano "más de 50 veces, pero nunca entré pr la ventana, porque había una puerta abierta para que pase el público".

Comentó que no le parecía extraño que fueran halladas sus huellas dactilares en el lugar, "como las de centenares de visitantes", y explicó que él no pudo ser uno de los profanadores, porque las colillas de cigarros que se encontraron allí esa noche eran de "Lucky Strike", "Habanos" y "Ducados, "y yo fumo 'Winston'".

Chao Dobarro fue juzgado también hoy por falsificación y robo de documentos en el Ayuntamiento de Xermade (Luo), delitos por los que el ministerio público solicita una pena superior a los dos años de prisión.

El procesado fue detenido el pasado mes de septiembre en Les (Lérida) cuando intentaba cruzar la frontera desde Francia, acompañado por su madre y por la portuguesa Alejandra Oneros Vos Pinheira, que pertenece a la banda independentista gallega.

Hasta el momento, sólo ha sido condenado por robo, tenencia de armas, falsedad en placa de matrícula y falsificación de documentos, pero la policía le consdera principal artífice de la reorganización de la banda armada tras la detención de Antón Arias Curto, fundador y principal ideólogo del Exército Guerrilleiro.