Los hechos que se juzgan desde hoy en la Audiencia Provincial de La Coruña ocurrieron el 12 de marzo del pasado año en un bar coruñés, en el que dos grupos de jóvenes seguían por televisión un encuentro entre el Barcelona y el Atlético de Madrid.

El hecho de que algunos jóvenes celebraran un gol del equipo catalán, resultado que perjudicaba al Deportivo de La Corua -aspirante ese año a ganar la liga-, motivó duros enfrentamientos que comenzaron con el lanzamiento de taburetes, vasos o botellas y concluyeron con la muerte de Emiliano López a causa de las heridas de arma blanca que le asestaron en el pecho.

Por su parte, la acusación particular defendió la tesis de que hubo un asesinato con premeditación y alevosía, por lo que pidió 25 años de cárcel y una indemnización de 20 millones de pesetas para los familiares del fallecido.

La defensa pidió la libre asolución de Manuel Edreira, por estimar que actuó en legítima defensa. Según la versión del acusado, sacó la navaja tras haber caído al suelo derribado al recibir un golpe, que incluso le rompió la escayola que lleva en una pierna en esa fecha.

Además, la defensa estima que como mucho podría imputarse al acusado un delito de imprudencia por sacar la navaja. La defensa tampoco cree que esté claro que fue Edreira el autor de las navajadas mortales.

La vista continuará mañana con la declaración de oros testigos de los hechos, incluídos empleados del bar donde tuvo lugar la refriega y los componentes de las dos pandillas que se enfrentaron.