En el juicio celebrado hoy en la sección primera de la Audiencia provincial de Palma de Mallorca, Pablo Campos reconoció ser el autor del crimen,aseguró que mató a Miguel Antonio "porque me llamaba maricón. Sabía que me habían poseído en un bar y, por eso, me insultaba y me amenazaba".

Pablo Campos insistió en contar a la audiencia, pese a las amonestaciones del juez, vivencias pasadas en las que, según relató, le hicieron "magia negra", y añadió que lo que a él le han hecho "es como matar a un Cristo".

El acusado aseguró que, años atrás, fue víctima de abusos sexuales por parte de conocidos suyos, lo que, al parecer, llegó a oidos de Miuel Antonio Perelló, quien le recordaba los hechos.

En la noche del 18 de diciembre de 1992, Pablo Campos se encontró con la víctima en un bar de Palma de Mallorca, discutió con él y después se dirigió al lavabo. Al salir de allí, Miguel Antonio le esperaba en la puerta y, entonces, según declaró "perdí el juicio y no recuerdo cómo pasó".

Según testigos presenciales, el acusado esgrimía una navaja con una hoja de 11 centímetros y medio de longiud, lo tiró al suelo y lo degolló. Dos policías municpales se personaron en el lugar casi al instante y, con pistola en mano, obligaron al presunto asesino a entregar el arma.

Según Campos, los dos policías sacaron las pistolas y le incitaron a huir "para pegarme un tiro", mientras que el fiscal asegura que se vieron obligados a desenfundar sus armas porque el acusado se resistía a ser detenido. Asimismo, solicita una indemnización de 30 millones de pesetas para los herederos de Miguel Antonio Perelló.

Pablo Campos fue condenado ya con anterioridadpor tres delitos de lesiones y uno de homicidio, y se da la circunstancia de que su hijo, Pablo Maya Campos, más conocido como "El Pablo", será juzgado en breve, junto con otros familiares, por un delito de narcotráfico.

El juicio, que se celebró esta mañana en la Audiencia Provincial de Palma, proseguirá en sucesivas jornadas, dada la larga lista de testigos llamados a declarar.