En la crónica, titulada "Penélope Cruz, el diablo en el cuerpo", y recogido por Servimedia, el articulista asegura que en esa película la madrileña está "divertida, imprevisible, volcánica... en una palabra: diábólica".

"Con Penélope Cruz, y por algunos años todavía, el diablo ha encontrado su criatura. Mitad ángel, mitad demonio... Para condenarse sin vacilar", asegura en el mismo tono admirativo el cronista.

A su juicio, en la película de Woody Allen "uno sólo la ve a ella", encarnando un papel de "ex esposa histérico-depresiva en el que se revela más divertida, más excesiva y más convincente que nunca. Arte del grande".

Según el cronista, "su presencia revoloteante capta la atención de principio a fin. Sin comparación. Por debajo de sus interpretaciones habituales, la paliducha Scarlett Johansson pasa casi desapercibida".

Para el crítico de "Le Figaro", en la película "sólo Javier Bardem mantiene el tipo ante la morena ibérica. Los dos son de la misma especie. Comparten el mismo temperamento firme, audaz".

La traca de piropos hacia la actriz española continúa, sin que el cronista ahorre la habitual metáfora taurina, al rememorar los comienzos de Penélope Cruz en el cine asegurando que abrazó su profesión "igual que Juan Belmonte maneja las banderillas en la arena de La Maestranza".