El objetivo de estos espacios es minimizar los efectos indeseables del ruido y la contaminación acústica para promover la salud auditiva y prevenir pérdidas de audición.

Según explicó la entidad, el ruido provoca molestias y dolores de cabeza, estrés, fatiga auditiva y mental, además de suponer un factor de riesgo para desarrollar otras patologías y una pérdida de audición irreversible.

En el caso de las personas con sordera, el ruido agrava su situación auditiva, pudiendo dañar su audición residual y vulnerando sus derechos a la accesibilidad auditiva y a la información.

Ya sea durante la fase de diseño arquitectónico o en una posterior reforma, cualquier espacio puede convertirse en un entorno acústicamente saludable y accesible, informó Fiapas. Para ello se han de utilizar de materiales de construcción absorbentes y amortiguadores del ruido, instalar medidores de sonido y avisadores visuales y sonoros para timbres y alarmas de emergencia.

Como muestra de esta apuesta por la acústica sostenible, Fiapas informó del acondicionamiento de los espacios formativos, participativos y de trabajo de su sede central.