A Jorge Fernández, del PP, se atribuye la iniciativa original de colocar esa placa en uno de los edificios del Congreso, respaldada por la unanimidad de la Mesa el pasado día 4 y revocada hoy con esa misma unanimidad a la vista de la polémica y el enfrentamiento que ha causado entre los grupos parlamentarios.

Después de que la Mesa revocara su propio acuerdo, el propio Fernández Díaz explicó en los pasillos del Congreso que la colocación de esa placa no tiene sentido si se hace, como parecía evidente, en un "clima de división" de la Cámara.

El objetivo, explicó, era reconocer un "hecho histórico", como es el nacimiento en ese edificio, hoy parte del Congreso, de Maravillas de Jesús, canonizada por Juan Pablo II, y eso requiere un consenso básico de los grupos.

Respaldó por ello la decisión de la Mesa, pero precisó que nada tiene que ver con que la colocación de esa placa pudiera vulnerar el principio de aconfesionalidad del Estado consagrado en la Constitución, como argumentaban quienes se oponían.

Llevado a esos términos el debate, aseguró, habría que quitar del hemiciclo la imagen de los reyes católicos, algo que nadie se plantea.

Fernández Díaz aseguró que al impulsar esa iniciativa "nadie pensó que esto iba a tomar la dimensión que ha tomado", y expresó su confianza en que el sentido común se imponga, "se pacifiquen los espíritus y se le dé la dimensión que tenía y no otra".