Dos factores esenciales caracterizarán la presente edición de la feria: la campaña de la Dirección General del Libro a favor del fomento de la lectura, y la ecología, principal motivo por el que este año no se situarán los "stands" junto a los árbolescercanos a los Jardines de Cecilio Rodríguez, para no dañar a sus raíces.

El presidente de la comisión organizadora de la muestra, Carlos Pascual del Pino, señaló hoy, durante la presentación del evento, que "nuestra afición por el libro nos ha mantenido unidos todos estos años y nos ha permitido ir creciendo cada año".

Ese crecimiento, progresivo desde que la feria se crease en el seno de la Escuela de Libreros, que celebró una especie de mercadillo en el Paseo de Recoletos, se traduce en el númro de expositores, que este año llega a los 450, y en su traslado a espacios más amplios, en el Parque del Retiro.

El directo general del Libro y Bibliotecas, Federico Ibáñez, que aseguró haber estado vinculado a la feria desde hace muchos años, "primero como editor, cuando era director de Castalia, luego como miembro del comité organizador, y ahora desde un cargo de la Administración", afirmó que este evento se ha convertido en un ejemplo para los que se celebran en otras ciudades.

"Los madrileñs esperan puntualmente que se repitan lo ritos de todos los años", dijo Ibáñez", "que regresan invariablemente: la lluvia, las firmas de ejemplares por parte de los autores más conocidos, las quejas de los libreros; todo forma parte de una tradición"