Este pacto se enmarca dentro de la campaña "Pobreza Cero", que impulsa el cumplimiento de los Objetivos del Milenio de la ONU para 2015 y se centra en tres ejes: mejorar la ayuda oficial al desarrollo y lograr que se destine el 0,7 por ciento del PIB a cooperación internacional; lograr un sistema comercial más justo que permita el desarrollo de los países pobres y establecer un mejor trato y reducción de la deuda externa.

Castro aseguró que los ayuntamientos "deben representar fielmente el sentir solidario y comprometido de su ciudadanía y, para ello, comprometerse en todo aquello que contribuya a terminar con el hambre y la pobreza, comenzando por la que existe en nuestros propios municipios".

Por eso, garantizó que desde la FEMP se trabajará activamente para que los Estados de todo el mundo reconozcan el papel fundamental de los Gobiernos locales como agentes únicos e indispensables para la implementación de los Objetivos y Metas de Desarrollo del Milenio, con los recursos y poderes necesarios para que puedan asumir sus responsabilidades en la consecución de dichas metas en cada país.