Lo hizo en la presentación de un informe en el que se analiza el papel que jugó la presencia española del Consejo de la UE en lo concerniente al colectivo, un acto en el que participaron su vocal de Relaciones Exteriores, Óscar Rodríguez, y Daniel González, profesor permanente de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Salamanca y miembro del grupo de trabajo autor del informe.

En su intervención, Óscar Rodríguez atestiguó que el Consejo de la UE “pudo haber hecho más” para avanzar en los derechos lgtbi durante el semestre de presidencia española”; sin embargo, reconoció que España contribuyó a “generar un marco internacional proderechos lgtbi+ en Europa”, lo que “puede favorecer la adopción de políticas antidiscriminación en países en los que están tan desarrolladas”.

No obstante, el informe identifica tras áreas en las que la labor de la presidencia española pudo ser mejorable: la incapacidad de ampliar la lista de eurodelitos para que se consideren como tal “todas las formas de delitos y discursos de odio, ya sea por razón de raza, religión, género u orientación sexual”; la falta de búsqueda de consensos en torno a la propuesta de reglamento sobre filiación; y la carencia de impulso de la propuesta de directiva del Consejo de 2008 para aplicar el principio de igualdad de trato a personas independientemente de su religión, discapacidad, edad u orientación sexual.

Óscar Rodríguez defendió que “Europa sirve” y ejerce actualmente como “el muro de contención contra los movimientos reaccionarios que están cogiendo fuerza en algunos Estados miembros”. Esto le sirvió para animar a la ciudadanía a participar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo y votar candidaturas que garanticen que la UE siga siendo “un conjunto de instituciones proderechos y libertades”.

A su vez, mostró su inquietud ante la próxima presidencia del Consejo de la UE que ostentará Hungría, un país que ha aprobado “políticas antilgtbi”.

Por su parte, Daniel González consideró que “la labor de España en la presidencia del Consejo de la Unión Europea merece, en líneas generales, una valoración positiva, también en materia de protección de la población lgtbi+”.

A pesar de ello, deslizó que “importante normas protectoras de la diversidad sexual y de género siguen bloqueadas” y redundó en el hecho de que “las próximas presidencias generan una lógica inquietud, al ser encomendadas a Estados que no figuran en el cuadro de honor de los derechos humanos”.

Por esa razón, exhortó a la sociedad civil a ser “vigilante” con el fin de “evitar cualquier retroceso en los derechos alcanzados e impulsar a la UE en el continuo avance de los derechos de todas las personas, incluidas aquellas que pertenecen a las minorías, en la línea con los valores de la UE”.