Feijóo clausuró la Convención Sectorial ‘La España de los pueblos y la Europa Rural’ que el PP organizó en Teruel, y en su intervención se presentó desde el principio como “un chaval que nació en el medio rural”, por lo que conoce de primera mano su problemática, que presentó como “un asunto de Estado”.

Poco después, dejó caer que, tras las próximas elecciones, “podría ser la primera vez que una persona del rural entre en el Palacio de la Moncloa”. La última frase de su intervención abundó, medio en broma, en este desiderátum: “Sería bueno que en el Palacio de la Moncloa entrase alguien del rural, para que del Palacio de la Moncloa saliesen compromisos para el rural”.

El líder del PP partió de que la autonomía alimentaria es clave para un país, de que si preocupa el cambio climático no se pueden abandonar los bosques ni los cultivos y de que el teletrabajo permitirá que mucha gente opere lejos de la sede central de su empresa para llamar a “aprovechar la oportunidad que el rural nos brinda”.

Para hacerlo, su primera propuesta fue “crear un foro permanente de todas las políticas que afecten al rural, de todas las administraciones públicas”. Lo justificó “para que nadie vaya haciendo las cosas que se le ocurren”, sino que Gobierno, comunidades y ayuntamientos se coordinen. “Lo vamos a hacer juntos durante décadas”, sintetizó, recordando que la despoblación tardará décadas en solucionarse.

También sugirió implementar “formas de empadronamiento flexible”, para que un español pueda vivir unos días en la ciudad y, por ejemplo, el fin de semana en un pueblo, sin que se le sitúe oficialmente en la primera y los ayuntamientos no puedan contabilizarle para las ayudas que se entregan según la población.

FISCALIDAD

Entre sus propuestas fiscales, mencionó exonerar del impuesto de transmisiones, del de actos jurídicos documentados y del IBI a los españoles que se establezcan en el medio rural, y conceder especialmente ayudas y bonificaciones a quienes rehabiliten un edificio del centro del pueblo en lugar de establecerse en las afueras.

Más tarde añadió suprimir cualquier gravamen a la compraventa o permuta de tierras, a cambio de reclamar al interesado que plante árboles o cultive. Según sus cálculos, con unas exenciones fiscales y otras siempre se obtendrá “mucho más retorno que el dinero que vamos a dejar de recaudar”.

Feijóo también apostó, de forma más genérica, por instalar industrias en el medio rural, no en los pueblos en sí sino en las hectáreas vacías. En cuanto a los servicios sociales, el presidente del PP propuso primar a los médicos y profesores que se instalen en municipios de la España despoblada con, por ejemplo, méritos que les den puntos para luego optar a plazas en una ciudad.

Para la conciliación, sugirió extender una práctica ya desarrollada en Galicia cuando él la presidía: la financiación al 100% de la construcción de casas donde profesionales especializados cuiden de niños, si no hay suficientes para hacer una guardería, y la contratación, en el mismo sentido, de cuidadores de ancianos en sus casas.

Finalmente, el líder del PP prometió la bonificación de los costes laborales de la contratación en las provincias de Soria, Cuenca y Teruel, aplicando el máximo porcentaje que permite la Unión Europea. En general, Feijóo exhortó a que “hay que actuar”, porque “describir un problema es muy nostálgico”, y aseguró que estas medidas formarán parte del programa electoral del PP para las elecciones de mayo y también para las generales, cuando se convoquen.