Así lo afirmó en un homenaje a Miguel Ángel Blanco, concejal del PP asesinado a manos de ETA hace 27 años, en el que pidió conservar la memoria del dolor provocado por el terrorismo y “mantener vivo el legado” de los que “sacrificaron sus vidas por defender la libertad, la democracia y la conciencia”.

Mientras el presidente de Vox, Santiago Abascal, reunía a su Comité Ejecutivo Nacional para decidir finalmente que rompe los ejecutivos con el PP en las cinco autonomías en las que gobiernan –Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia–, Feijóo intervenía con plena normalidad en este acto organizado por la Fundación Miguel Ángel Blanco.

Sin ninguna alusión a la cumbre de Vox, señaló que también “es un deber moral recordar que en aquellos tiempos” todos los españoles salieron “a las calles unidos para defender la libertad”. Y recordó que, “mientras quede memoria, no habrá estrategia de blanqueamiento que venza a la conciencia de los españoles”, ni “pérdida de escrúpulos que pase el examen moral de los demócratas” mientras haya dignidad.

Por último, defendió que su partido está en “el lado bueno de la historia” y pidió seguir honrando el legado de Miguel Ángel Blanco para que “nada” haya “sido en balde”. Y presumió de que jamás aceptará los votos de Bildu para ser presidente del Gobierno, como sí hizo Pedro Sánchez.