“Nosotros estamos donde tenemos que estar. Los demás sabrán, allá sus conciencias, lo que hacen y el rédito político de lo que obtienen. No hay ningún interés por ostentar cargos que suponga cercenar y enterrar, no solo a un cuerpo inerte y asesinado, sino a su memoria. Y por eso, Miguel Ángel Blanco y todos los demás están vivos permanentemente. Porque están vivos en nuestra memoria”, concluyó su discurso Feijóo ante la hermana de Miguel Ángel Blanco, la senadora Marimar Blanco.

El líder del PP dedicó la totalidad de su discurso a la causa que reunió a su partido en Ermua. Y ratificó su compromiso con la “memoria”, al tiempo que reivindicó el deber moral de la política con las víctimas del terrorismo cuando se producen a diario homenajes a sus asesinos.

Remarcó que el espíritu de Ermua “acompaña siempre” al PP para diferenciar “lo correcto” de “lo incorrecto” y censuró que con el PSOE no suceda lo mismo. “Cuando se producen a diario homenajes a los asesinos, nos recuerda el deber moral de estar siempre con las víctimas. Cuando se difunde una memoria selectiva sectaria y falseada, nos recuerda la necesidad de la verdadera memoria, que es la de la justicia y la de la dignidad”.

“Y cuando otros pactan con los herederos y beneficiarios del terror, cuando se les entregan instituciones en municipios donde secuestraban, amenazaban y mataban, y cuando se les da trato de favor a cambio de réditos políticos, nos recuerda de forma permanente nuestro lugar. Nuestro lugar está aquí, con las víctimas, con la razón, con la verdad, con la memoria, con las leyes, con el Estatuto de Gernika y con la Constitución”, añadió.

En este sentido, aseveró que, “cuando hay alguna duda en el camino”, uno debe “beber” de “las fuentes limpias”. Y defendió entonces que el PP está donde debe de estar, a diferencia de los socialistas, a los que no mencionó explícitamente a lo largo de su discurso.

“NO EXISTE CAUSA MÁS NOBLE”

Feijóo, que participó por tercer año consecutivo en este homenaje, agradeció al PP vasco su labor por la democracia y la memoria después de haber “pagado un precio muy alto” durante los años del terrorismo de ETA para defender la libertad.

Y tuvo un reconocimiento “muy especial” con Marimar Blanco, ante la que admitió sus dudas de “si existe una causa más noble para estar en política” que la suya. “Probablemente, no. Y ojalá no hubiera hecho falta esa causa para que estés en política”, lamentó antes de decir que es “un honor” compartir proyecto político y valores con ella.

Por último, recordó que el asesinato de su hermano “conmocionó y unió” a toda España y supuso “un punto y aparte de la historia terrorífica de ETA”. Y, junto a figuras como Gregorio Ordoñez y Manuel Zamarreño, entre “tantos otros compañeros”, dieron “una perenne lección de ética” y “arriesgaron a conciencia y su libertad para que no la perdiéramos todos los demás”.

“Cada día que dedicaron a la política en su tierra fue una batalla ganada contra quienes querían verlos fuera de esta tierra. Y nunca eligieron el silencio porque sabían que su silencio personal era la condena a una sociedad menos plural, menos democrática y menos libre. Nosotros hoy no tenemos que elegir entre el silencio o la vida, pero sí debemos de elegir entre el silencio o la memoria. Y aquí estamos para elegir la memoria”, apostilló.