La organización denunció que su cierre se sustenta en tres principios: las vacaciones anuales del personal sanitario se toman principalmente en estos meses, el desplazamiento de la población se produce por las vacaciones y el hecho de que la incidencia de enfermedades agudas suele disminuir “significativamente” en verano.

La Fadsp criticó que “el número total de camas de los hospitales públicos que está previsto que se cierren este verano alcanza las 12.328, es decir, el 13,7% del total de las camas funcionantes en 2022”.

En cuanto a las comunidades autónomas, Extremadura es la que mayor porcentaje de camas funcionales cierra (18,17%), seguida de País Vasco (17,83%), Madrid (17,08%), Andalucía (15,97%), Cataluña (15,58%), Aragón (15,54%), Asturias (15,27%), Galicia (11,31%), Valencia (9,95%), Murcia (9,11%), Navarra (8,43%), La Rioja (7,64%), Castilla y León (7,46%), Baleares (7,04%), Cantabria (4,17%), Castilla-La Mancha (4,12%) y Canarias (2,03%).

Una situación “que responde fundamentalmente a intereses economicistas, de ahorro presupuestario y de no sustitución de los profesionales que están de vacaciones y no a previsiones de la demanda asistencial, ni a la necesidad de disminuir las muy elevadas listas de espera”.