Estas propuestas las realizan los economistas José Ignacio Conde-Ruiz y Jesús Lahera en un artículo en el que analizan en qué sentido habría que reformar la legislación española (tanto laboral como de pensiones) para poder “aprovechar todo el potencial del talento senior en España y, así, afrontar con éxito el proceso de envejecimiento que tenemos por delante”.

Según estos expertos, con los cambios que proponen, percibir una pensión pasaría a ser compatible con la realización de trabajos por cuenta ajena o propia sin límite de ingresos. Además, presentan una propuesta de reforma “más ambiciosa” para generalizar una jubilación plenamente compatible con el trabajo remunerado.

Para ello, apuntan que se debe facilitar a las empresas la contratación laboral de los trabajadores mayores con un nuevo contrato de trabajo compatible, con reglas específicas que, sin discriminar por edad, tengan en cuenta que el pensionista está cubierto por una renta pública.

Además, una vez establecida la plena compatibilidad entre la percepción de las pensiones y el salario, se deben cambiar las reglas del sistema de pensiones, para que la salida del mercado laboral sea “lo más flexible posible”.

Por un lado, debe tenerse en cuenta cómo de dura o físicamente exigente es la profesión, así como el estado de salud del trabajador. Por otro lado, hay que facilitar que los trabajadores no pasen de trabajar a jubilarse “en una sola noche, sino a través de una reducción gradual de la jornada laboral hasta la jubilación total”.

REGULACIÓN DRÁSTICA

En opinión de Fedea, mejorar la compatibilidad entre pensión y trabajo resultará “imprescindible” ante los cambios que experimentará el mercado laboral como resultado del envejecimiento de la población y el “preocupante” aumento de la tasa de dependencia.

Para estos economistas, la regulación de la jubilación en España es “drástica, sin apenas pasarelas de transición gradual entre la etapa de trabajador a tiempo completo y la de pensionista, en la que, como regla general, no se permite el trabajo retribuido”.

El artículo explica que las excepciones legales de compatibilidad entre la pensión y el trabajo retribuido -la jubilación parcial, activa y flexible y el trabajo autónomo topado por renta– están llenas de desincentivos y disfunciones que las convierten en poco operativas, hasta el punto que tan sólo el 14% de los jubilados tienen rentas del trabajo adicionales a su pensión.

“España envejece y va a ser necesario adaptar tanto el mercado de trabajo como el sistema de pensiones a esta nueva realidad demográfica. La única vía para afrontar con éxito el reto del envejecimiento pasa necesariamente por utilizar parte de las ganancias de longevidad para generar riqueza, alargando la etapa laboral. Y para ello urge cambiar radicalmente la forma en que nos jubilamos. Necesitamos alargar de forma flexible la etapa laboral y no podemos permitirnos seguir malgastando el talento senior”, recalcan.