"LA FAROLA" AFIRMA QUE LA CAMPAÑA DE LIMPIEZA DE MENDIGOS DE VARIOS AYUNTAMIENTOS ES ALGO "TAN ABSURDO COMO PROHIBIR LA GRIPE"

MADRID
SERVIMEDIA

Alberto Abad, redactor jefe de "La Farola", un periódico que venden en la calle personas sin techo, manifestó a Servimedia que "prohibir la mendicidad es tan absurdo como prohibir la gripe", en relación a las medidas adoptadas por algunos ayuntamientos españles para eliminar a los indigentes de sus calles.

Abad señaló que "barriendo los mendigos fuera de casa para echarlos lejos" no se erradica la indigencia y criticó la incapacidad de algunos ayuntamientos para estudiar las causas de este problema y solucionarlo eficazmente.

A su juicio, la solución pasa por planes de reinserción, reeducación y formación que ayuden a estas personas a tener una vida más digna, como la creación de más viviendas sociales de alquiler, ya que esto les facilitaría la búsueda de un trabajo. "Si buscas trabajo y das la dirección de un albergue, seguro que no te llaman", explicó.

Tras señalar que la "mendicidad no es plato de gusto para nadie", Abad criticó "la usurería de los que acusan a los mendigos de asustar a los turistas, sin molestarse en crear puestos de trabajo decentes".

Por último, Abad indicó que hay que acabar con aquella minoría que hace de la medicidad un oficio, "jugando con la piedad ajena y quemando la solidaridad y la caridad" de la gente que tine intención de ayudar.

Por su parte, la responsable del Programa de los Sin Techo de Cáritas, Natividad Casanova, declaró a esta agencia que las medidas adoptadas por algunos ayuntamientos españoles para eliminar a los indigentes de sus calles obedecen a un claro intento de "limpiar su paisaje urbano" y no aportan ninguna solución al problema, ya que no dan respuesta a las auténticas carencias que sufre este colectivo.

A juicio de esta portavoz de Cáritas, la solución pasa por ofrecerles "una asstencia adecuada, que dignifique la situación de estas personas y mejore su calidad de vida, además de intentar reinsertarles en la sociedad". Asimismo, criticó a los ayuntamientos que adoptan medidas de ese tipo por no explorar la verdadera raíz del problema.

"El problema es que no se entienden los servicios sociales como un derecho que se recoge en la Constitución y que tiene toda persona, sino que lo más sencillo es quitar a los pobres de en medio", afirmó Casanova, que hizo un llamamiento a los cidadanos para que abran los ojos y sean menos individualistas, "porque construir una sociedad más justa y solidaria es una cuestión de todos".

(SERVIMEDIA)
26 Sep 1996
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