El colectivo farmacéutico de Castilla-La Mancha, que en las últimas semanas ha protagonizado paros y manifestaciones, rechaza esta normativa porque establece la desaparición del derecho de transmisión familiar de las oficinas de farmacia. Esta ley sólo permite a los actuales propietarios de farmacias una única transmisión mientras que las nuevas ofcinas que se abran en la región no podrán ser heredadas ni una sóla vez.

La normativa también comtempla un descenso del número de habitantes necesario para la apertura de nuevas oficinas en Castilla-La Mancha. De los 2.500 habitantes que fija la legislación nacional, el texto de la ley autonómica lo reduce a 1.750.

El Gobierno regional a través de su consejero portavoz, Emiliano García, afirmó hoy que no teme que la Administración del Estado recurra la ley como ocurrió con la de Extremadura porqu, dijo, "hemos hecho una ley coherente y beneficiosa para los usuarios de este servicio público".