Juan Antonio García, que pudo ver a su hijo a la una y media de la tarde, aseguró a Servimedia que el joven se encuentra en perfecto estado, aunque "un poco apesadumbrado por la condena que le ha caído: pero sólo tenía dos soluciones, o denunciarlo (los malos tratos) o pegarse un tiro".

Juan Antonio y Marí Esperanza García, que viajaron desde Elche (Alicante), permanecerán acampados hasta el próximo lunes, para pasar la Semana Santa cerca de su hijo y hermano, "darle ánimos -también a sus compañeros- e intentar que los altos mandos le rebajen la condena".

El padre del joven declaró que el comandante jefe, Antoni Mir, visitó a los soldados en el cuartel de Illetas y les dijo que "no tenía nada personal contra ellos, pero que condenarles era su obligación".

Los familiares de Jesús María García denunian la falta de información por parte del Ejército, ya que, según su hermana María Esperanza, "nadie quería decirnos nada cuando toda España sabía lo que pasaba".

Ahora, Juan Antonio y María Esperanza García pasarán cinco días a la intemperie, sin tienda de campaña y durmiendo en sacos de dormir, a pesar de que Juan Antonio está de baja por neumonía.

Mientras su hijo deberá cumplir cinco meses de arresto, la pena máxima junto a otros dos compañeros, el resto de los soldados cumplen penas que van e los dos a los tres meses.