En declaraciones a Servimedia, González recordó los acuerdos a los que llegó en 1999 una mesa sectorial formada por representantes de la publicidad y de la moda, entre otros sectores, que se comprometió, por ejemplo, a no asociar la delgadez a triunfo, algo que en su opinión "ha quedado en agua de borrajas".

Asimismo, González pidió al Gobierno central más centros especializados en el tratamiento de estas enfermedades, ya que, aseguró, "la situación está francamente mal" en casi todas las regiones y las propuestas para mejorarla "han quedado en agua de borrajas".

Según explicó, existe un centro público especializado en este tipo de trastornos en Aragón, otro en Cantabria, dos en Castilla-La Mancha, varios en Cataluña y otro en Madrid. En la región madrileña, agregó, la situación es especialmente grave, puesto que la población es de alrededor de seis millones y hay 12 ó 15 camas para hospitalizar a estos enfermos, que además, pueden permanecer en el centro sólo hasta los 18 años.

Aparte de estos centros, existen algunos otros de titularidad privada que cuestan a las familias 6.000 euros mensuales y que no siempre son lo eficaces que cabría esperar, explicó la coordinadora de ADANER, quien hizo estas declaraciones al hilo de la investigación relacionada con la atención médica que reciben los pacientes afectados por trastornos del comportamiento alimentario iniciada por el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica.

"Me alegra que por fin el Defensor del Pueblo se ponga en marcha" por una reivindicación que los familiares de estos enfermos llevaban haciendo desde hace ya mucho tiempo, indicó González, quien pidió además al Ejecutivo la creación de un registro de enfermos de anorexia y de bulimia y otro de personas fallecidas a causa de estas patologías.

"Sólo si conocemos el volumen aproximado del problema lo podremos solucionar", añadió la coordinadora de ADANER, que subrayó que tras los accidentes de tráfico, los trastornos relacionados con los hábitos alimenticios son la segunda causa de muerte entre la población juvenil.

Carmen González demandó también más formación para los médicos de atención primaria, que son los que deben derivar o no a los pacientes a un equipo de profesionales especializado en estos trastornos, así como el cumplimiento de un protocolo médico para el correcto tratamiento de estas patologías que, a pesar de existir hace años, no siempre se cumple adecuadamente.

Por otra parte, la coordinadora de ADANER subrayó también la creciente dificultad que está experimentando la detección de los síntomas de enfermedades relacionadas con los hábitos alimenticios, que hace unos años se veían más claramente.

Ahora, explicó, los chicos con trastornos alimenticios suelen hacer comidas normales delante de su familia o amigos, por lo que los padres deben estar atentos a otros síntomas como sus frecuentes y drásticos cambios de humor y aislamiento social, algo, por otra parte, común a veces en el periodo de la adolescencia. Cuando estos síntomas son demasiado importantes y duraderos, alerta González, hay que acudir al médico de cabecera.