A partir de ahora, según informó el gobernador civil de La Coruña, Carlos Vacas, se investigarán "de una forma más rigurosa y tranquila todas las hipótesis posibles".

Tan solo una brigada de la Guardia Civil de Vimianzo y un equipo de espeleólogos continúan el rastreo en la zona donde José Lavandeira perdió de vista a su hija Eva María, de 5 años, cuando la dejó por unos minutos en el interior de su coche mientras se desplazaba a observar unos caballos.

El equpo de espeleólogos inspeccionó sin éxito, durante toda la tarde noche de ayer y la mañana de hoy, las galerías de la antigua mina de wolframio, sin que hayasen rastro alguno de Eva María.

El gobernador civil hizo una llamada a la población por si "alguien pudiera haber observado la presencia el pasado domingo en la zona de algún automóvil o una moto."

Según Carlos Vacas, no hay ninguna pista, por lo que quedan abiertas "las hipótesis más complicadas o difíciles, analizando también la relación queha tenido la niña con su entorno el día de su desaparición"

La hipótesis del rapto o secuestro va ganando fuerza a medida que el paso de los días induce a pensar que la niña no se encuentra en el monte Faro y la investigación queda en manos del juzgado, que está asesorado por un grupo de especialistas.

El alcalde de Vimianzo, Alejandro Rodríguez, es tajante en este sentido, al afirmar que "aunque la pequeña llegara a aparecer en las minas, lo que está claro es que la niña no hubiera llegado sola asta allí". La zona de la antigua mina está rodeada de una densa maleza de hasta tres metros de altura.

El dato más desconcertante se deriva del hecho de que tanto los perros que rastrearon el lunes la zona de la desaparición, como los perros de caza que se incorporaron el miércoles se dirigieron sin titubeos hasta un regato, aunque en ambos casos se frenaron allí sin aportar nuevas pistas.