Los ecologistas consideran que la falta de vigilancia en EsCaló de'n Pou, junto a Cala D'Or, está motivada por la nula colaboración entre el Gobierno balear y el Centro Oceanográfico.

Para Greenpeace, esta es la razón por la cual mientras en otras comunidades autónomas, como Murcia, Valencia y Cataluña, se realizan inspecciones periódicas en numerosos puntos del litoral para confirmar la ausencia del alga, en Mallorca no se hacen este tipo de sondeos en las zonas costeras.

Los datos de la organización revelan que en la zona de Es Caló de'n Pou el alga trpical, que no es dañina para los bañistas, pero sí para las especies autóctonas del Mediterráneo, forma una colonia amplia y dispersa, con un área susceptible de colonización que supera los 40.000 metros cuadrados.

Según Marion Stoler, portavoz de los ecologistas, "Mallorca es el único lugar del Estado español donde hasta aora se ha detectado el alga invasora, que ocupa más de 1.500 hectáreas del fondo mediterráneo".

Un informe científico encargado por las Naciones Unidas advierte que si no se adptan medidas urgentes, el "alga asesina", introducida accidentalmente en el Mediterráneo, puede acabar invandiendo sus aguas y destruyendo las especies autóctonas.