Facua justifica esta petición ante "los numerosos casos de defectos de fabricación detectados por los conductores y el excesivo número de llamadas a revisión realizadas por los fabricantes" tras la venta del vehículo.

En este sentido, Facua denuncia que la legislación vigente establece que se inspeccione un vehículo de cada modelo al año "para controlar que se ajustan al prototipo homologado por los organismos acreditados".

Por ello, considera necesario que el epartamento que dirige Josep Piqué incremente "de forma considerable las inspecciones obligatorias y que éstas sean realizadas siempre por organismos públicos, dado que la autorregulación del sector ha demostrado su ineficacia".

Asimismo, pide que el Gobierno cree un registro que publique los fallos detectados en los diferentes modelos, similar al establecido por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico de Estados Unidos.