Alvarez Cascos puso especial énfasis en precisar ante los medios de comunicación que el papel del Ejecutivo en este asunto se limita a informar a los grupos parlamentarios de los compromisos adquiridos por España con la Unión Europea y que deben trasladarse a la legislación nacional.

En un intento de acallar las voces que acusan a varios ministros de entorpecer la tramtación de esta norma, Alvarez Cascos subrayó que no existe "una sóla disposición del Reglamento del Congreso o el Senado que permita al Gobierno, una vez declarada la urgencia, afectar algún plazo".

Cascos restó importancia a las supuestas divergencias entre los ministros al segurar que el Gobierno tiene "una posición conjunta" ante los asuntos que se tratan en el Parlamento y que, en este caso, ha sido y seguirá siendo "unánime".

"Si los ministros fuéramos fotocopias unos de otros el Consejo de inistros lo formaría una sóla persona", dijo Alvarez Cascos, para quien estas supuestas divergencias obedecen sólo a un intento periodístico de "sacar punta a declaraciones de distintas personas que coinciden en el planteamiento pero que lo expresan con palabras distintas".

El vicepresidente insistió una y otra vez en separar el papel del Gobierno y el del PP y los grupos parlamentarios, en los que recae ahora el trámite de la ley. Intentar mezclarlos puede ser "noticioso" pero no tiene más fundamento aseguró.

En este punto, recordó que él es vicepresidente del Ejecutivo, no portavoz del PP. "Soy militante del PP, y me siento representado por el portavoz del PP en las cuestiones del partido, y el partido se suele sentir representado por el Gobierno en las posiciones del Gobierno. Hasta ahora nos estamos llevando bien", apostilló.

COMPROMISOS DE ESPAÑA

Alvarez Cascos aseguró que el único papel del Gobierno ahora es facilitar a los grupos parlamentarios las "interpretaciones" de los compromiss adquiridos por España con los demás países de la Unión Euroepa, por ejemplo, en la reciente cumbre de Tampere, "que permitan mantener el consenso y producir mejoras objetivas de la ley".

En opinión del Ejecutivo, Tampere "fortaleció la responsabilidad colectiva de los países que forman la UE y, de forma muy singular, de los que están en territorio Schengen", y la influencia recíproca de unos y otros en una política común en relación con la extranjería. Unos aspectos que deben traducirse a la legislaión nacional, según dijo.

"El Gobierno, todos los datos en relación con nuestra información de la posición de los demás países y en relación con el problema visto desde la perspectiva del Gobierno, los ponemos a disposición de los grupos parlamentarios, en la confianza de que el mismo espíritu de consenso que se logró en la Ley de Extranjería se mantenga y se continúe en la modificación", explicó.

En este sentido, inistió en que el Gobierno sólo desea ser fiel al mismo expíritu de consenso que imulsó el texto legal de 1985, y pidió que no se dé "tanta trascendencia a un trabajo tan normal y rutinario como es coordinar los proyectos de ley que están en el Parlamento" y que le corresponde a él.

Alvarez Cascos aseguró que esta tarea le ocupa durante las 24 horas de todos los días del año. "No crean ustedes que ha aumentado mi trabajo en esta última semana, porque mañana seguro que alguien dice resucita el vicepresidente". "A mí, ni me preocupa que me estuvieran enterrando antes ni me preocupa laresurrección ahora", concluyó.