En declaraciones a Radio Nacional, Rubio admitió la dificultad de encontrar al vendedor de las pastillas causantes de la tragedia porque la droga venía de muchos sitios y es difícil pensar que hubiera un único distribuidor.

Tras indicarque también es difícil saber si las pastillas se vendieron dentro del recinto donde se celebró la macrofiesta, explicó que muy posiblemente el tráfico de droga se realizó tanto en la calle como en el local mediante "acciones de menudeo" en las cuales se intercambiaron cantidades no excesivamente grandes.

El subdelegado reconoció que es complicado prevenir la distribución de este tipo de sustancias porque un sector de la juventud piensa que no son dañinas, algo a lo que contribuye Internet.

Respeco a la superación del aforo permitido en el palacio, Rubio señaló que el Ayuntamiento de Málaga deberá depurar responsabilidades y añadió que éstas apuntan claramente a los organizadores del evento.

El subdelegado abogó por evitar concentraciones como la celebrada en Málaga porque es muy difícil impedir que se consuma droga en eventos de esa naturaleza. "Es muy difícil evitar que los fines de semana, en determinadas concentraciones espontáneas, se consuma éxtasis, pero provocarlo masivamente tampoco ceo que sea una adecuada política", puntualizó.