Las cinco monedas de plata de 925 milésimas, realizadas en calidad de cuño en sus dos modalidades -brillo y mate-, muestran en el anverso la leyenda "Juan Carlos I, Rey de España" y el año 1992.

En el reverso, como motivo central aparece Sevilla con sus vistas y monumentos más significativos, bordeado por la leyenda Expo-92, su correspondiente valor facial, la abreviatura de pesetas, la marca de ceca y el logotipo del Quinto Centenario.

La moneda de valor facial 2.000 pesetas, con undiámetro de 40 milímetros, presenta en la zona central del anverso una vista de la Avenida de Europa y en el reverso unos detalles de la Giralda y la Catedral.

La moneda de 1.000 pesetas tiene un diámetro de 33 milímetros. En la zona central del anverso aparece la puerta de Itálica de la Expo-92 y en el reverso la fachada del Archivo de Indias.

La moneda de 500 pesetas, con un diámetro de 27 milímetros, presenta como motivo del anverso la Cartuja de Sevilla y en el centro del reverso la fachada d la antigua Fábrica de Tabacos.

La moneda de valor facial 200 pesetas, cuyo diámetro es de 20 milímetros, luce en el centro del anverso una panorámica del Auditorio de la Cartuja de la Expo-92. En el reverso se encuentra la Torre del Oro.

Por último, la moneda de 100 pesetas, la más pequeña, tiene un diámetro de 15 milímetros. El principal motivo del anverso es el Puente de la Barqueta y en la zona central del reverso se encuadra el Puente de Triana.

La tirada de estas piezas es limitada, aligual que anteriores colecciones, teniendo previsto la FNMT acuñar un máximo de 60.000 unidades por cada valor facial en "flor de cuño", versión mate, y un máximo de 30.000 en la versión brillo.

El estuche que contiene la colección completa no sobrepasa las 7.000 pesetas en la versión mate y las 8.000 en la versión brillo.

La inversión se revaloriza en el momento en el que dejan de ser fabricadas por orden ministerial, tal y como ya ha sucedido con las monedas de la primera serie del Quinto Centeario, que dejaron de acuñarse el pasado 1 de junio.

La línea de acuñaciones especiales destinadas a recordar los acontecimientos del 92 fue ideada por la Fábrica de Moneda en 1986 y desde que en 1989 comenzó la comercialización de la primera serie de monedas conmemorativas, el número de coleccionistas ha ascendido de 8.000 a 50.000, según la FNMT.