La explosión ocurrió hacia las 3,20 de la madrugada, después de que el Cuerpo Nacional de Policía recibiera un aviso telefónico sobre la existencia de un artefacto.

La onda expansiva produjo la rotura de los cristales de las vntanas de 11 viviendas, así como de las lunas de tres vehículos aparcados en las inmediaciones.

El delegado del Gobierno en Navarra, Pedro Ruiz de Alegría, restó importancia al atentado terrorista, así como a la colocación de otro artefacto al que le faltaba el explosivo junto a una peluquería de la calle Olite, también de Pamplona.

"Se trata de acciones realizadas por individuos descerebrados", señaló Ruiz de Alegría, quien negó seguidamente que hayan intensificado la vigilancia policial en Navara ante el temor de posibles atentados de la banda terrorista ETA, como ha ocurrido en la zona del Mediterráneo. "Los ciudadanos ya no tienen miedo", recalcó el delegado gubernamental.

También el hotel Iruña Park, situado en la ronda de Ermitagaña de la capital navarra, tuvo que ser desalojado sobre las 2,30 de la madrugada ante una amenaza de bomba que resultó ser falsa.