Según informa este diario, las rotativas que tiene en Zamudio sólo estuvieron paralizadas entre el momento de la explosión, las 3.00 de la madrugada, y las 5.10 horas, momento en el que si reinició la impresión.

"El Correo" explica que la explosión no afectó ni a los 50 trabajadores que trabajaban en las rotativas ni a las máquinas, por lo que éstas pudieron seguir imprimiendo cuando los empleados pudieron volver al trabajo.

El regreso de los trabajadores a las máquinas se produjo después de que la Ertzaintza examinase durante dos horas el edificio del periódico y los daños provocados por la explosión.

FUERTE ONDA EXPANSIVA

De acuerdo con las primeras investigaciones, los terroristas colocaron la bomba en el muro exterior del edificio de "El Correo", en la zona trasera, situado en el polígono industrial de Zamudio.

Para ello, los terroristas tuvieron que superar una de las vallas de seguridad que rodea el edificio. La onda expansiva destruyó un zócalo de hormigón de más de un metro de grosor que protege la fachada del periódico y derribó alrededor de cuarenta metros cuadrados del muro del edificio.

Asimismo, destruyó parte del tejado del inmueble. Varios pabellones industriales situados en las inmediaciones quedaron también afectados por la potente detonación con la rotura de cristales y pequeños daños en obra civil.