Cisneros pronunció la primera ponencia de estas jornadas, sobre "Contaminación atmosférica por los gases de los aviones", en la que afirmó que el 48 por ciento de los vulos comerciales son estratosféricos y repercuten en la capa de ozono, en la reacción solar y en la cantidad del vapor de agua en el aire.

Así, cuando los aviones surcan los cielos a tan elevada altitud "alteran profundamente esos niveles" y producen un incremento de la radiación ultravioleta -dañina para el ser humano- que "probablemente", dijo, "sea superior a la que genera la propia disminución de la capa de ozono".

Actualmente, según dijo el meteorólogo, se están tomando medidas para preservarla capa de ozono, pero "tendrán que pasar muchas generaciones para que esas medidas den algún fruto y se restablezca el equilibrio total".

Para Cisneros, esas medidas son muy limitadas, y por ello considera imprescindible que se tengan en cuenta por los gobiernos las conclusiones de un proyecto en ese sentido que está elaborando actualmente la Asociación de Transporte Internacional.

"El planeta", afirmó, "no puede absorber esta contaminación". "La disminución de la capa de ozono se está notando y en todas las latitudes, pero especialmente en el agujero de la Antártida, donde actualmente es muy difícil observar la noche lunar sin medidas muy especiales".

Los efectos de esta dinámica, según el meteorólogo, son en principio un enfriamiento de la estratosfera y un calentamiento de la troposfera, lo que producirá el "efecto invernadero", es decir, que la superficie de la Tierra se irá calentando cada vez más, hasta llegar a temperaturas difícilmente soportables.

Otros efectos sobre los seres ivos y sobre el propio planeta, afirmó Cisneros, "son impredecibles". Las Jornadas se extenderán hasta el próximo sábado y en ellas se hablará de otros muchos temas alrededor del Medio Ambiente Atmosférico y sus problemas.

El secretario de la Asociación Meteorológica Española, Alejandro López Tolosa señaló que, entre los temas a tratar estos días, se encuentra el de "La atmósfera y el mal de la piedra".

Un grupo de trabajo estudiará la influencia de los cambios climáticos sobre el deterioro de alunos monumentos, como el propio Acueducto de Segovia, muy afectado, según los meteorólogos por el clima extremadamente frío de esa ciudad.