Ana Ramírez, la directora técnica veterinaria de Kivet, Ana Ramírez, la red de centros veterinarios de KIWOKO, indicó que “estos animales, a pesar de estar preparados para soportar bajas temperaturas en exteriores, también sufren el contraste entre la temperatura del hogar y la que hace fuera, lo que puede llegar a derivar en problemas para su salud o enfermedades como la hipotermia. En este contexto, ofrecer una capa extra de abrigo, ya sea con ropa como jerséis, abrigos y chubasqueros e incluso mantas, puede ayudar a proteger al animal y contrarrestar el frío o la humedad”.

En ese sentido, los expertos de KIWOKO señalaron diferentes aspectos a considerar para definir si el animal necesita abrigo en sus paseos diarios; perros de tamaño pequeño, por sus dimensiones generalmente pierdan calor de forma más rápida y sufren más las temperaturas bajas; perros de pelaje corto o sin pelaje, la ausencia de pelaje impide el aislamiento del cuerpo del animal con el ambiente exterior; perros mayores, los perros que superan la edad adulta se vuelven más vulnerables a las bajas temperaturas; cachorros y perros jóvenes, los cachorros pueden sufrir mayores dificultades para regular su temperatura corporal; perros con pelo largo, especialmente si llueve, hay humedad o niebla esta sensación térmica se puede quedar impregnada en el animal.

“Una vez hayamos detectado que nuestro fiel compañero necesita abrigo debemos considerar cuál es el más adecuado para el animal, ya sea por su tamaño, vitalidad o ejercicio que realice. Y es que debemos verificar que el animal lleva una prenda que le resulte cómoda y se utilice en situaciones justificadas, ya que el uso excesivo de ropa puede resultar contraproducente. Por eso, en caso de dudas, es clave consultar a tu veterinario de confianza qué tipo de abrigo es el más adecuado para él”, concluyó Ramírez.