Tras lamentar el resultado de la votación, Alcaraz mostró en los pasillos del Congrso su convencimiento de que "se ha defraudado" a una opinión pública "mayoritariamente favorable" a la despenalización de la eutanasia.

Por este motivo, manifestó su "escepticismo" ante la comisión de estudio que algunos grupos parlamentarios pretenden crear en el Senado para analizar la legislación y las experiencias internacionales sobre el tema, debido a la "costumbre" de crear comisiones que terminan siendo "indeterminadas" y en las que no se llega a ninguna conclusión práctica.

Además, critió duramente la intervención del portavoz de Justicia del Grupo Popular, Andrés Ollero, durante el debate en pleno de las proposiciones, al que acusó de defender una determinada concepción moral por encima de los criterios puramente jurídicos.

Ollero "ha utilizado un recurso muy querido por el Partido Popular", prosiguió, acudiendo a la profesión médica para "justificar ciertas cosas".

Asimismo, tachó de "incomprensible" la actitud de los diputados del Grupo Socialista, cuyo portavoz pidió "seguriades absolutas" y un "total consenso" social como requisito indispensable para regular la eutanasia, "algo que no se va a producir nunca".

A juicio de Manuel Alcaraz, el caso de Ramón Sampedro no será el último, pero el Congreso de los Diputados "habrá perdido tiempo que para muchas personas se habrá convertido en sufrimiento".