El experto en deontología médica considera que la eutanasia activa consiste en provocar la muerte directamente y la pasiva en matar deliberadamente a una persona privándola de un tratamiento médico.

Por ello, mantiene que la eutanasia, activa o pasiva, siempre supone acabar con una vida humana y "lleva a brutalizar salvajemente la medicina".

Esta opinión no es compartida por la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), ue apoya la decisión de Ramón Sampedro Canean, primer enfermo español que pide ante un tribunal que le practiquen la eutanasia.

La solicitud constituye un caso de eutanasia activa voluntaria, ya que Ramón Sampedro, parapléjico y tetrapléjico, solicita al juez que autorice a su médico de cabecera a que le suministre los medicamentos necesarios para evitar el dolor, la angustia y la ansiedad que asegura le produce el estado en el que se encuentra.

Para Gonzalo Herranz, en Holanda, donde el Congresoregularizó recientemente la eutanasia, han llegado a la conclusión, "terriblemente utilitarista, de que el enfermo terminal es el que provoca más gastos a la sanidad pública, de tal manera que en los últimos seis meses de vida estas personas ocasionan el 80 por ciento del gasto médico que producen en toda su vida".