Este préstamo financiará la segunda fase de la construcción de la red de telecomunicaciones por cable de banda ancha, que tendrá lugar durante los próximos cuatro años. En este período se instalarán los cables de fibra óptica, coaxiales y telefónicos, tanto de los equipos electrónicos asociados como de los correspondientes a obra ivil.

Se estima que 2,1 millones de habitantes se podrán beneficiar de esta obra, cuya primera fase finalizó en 2000 y tuvo también una ayuda de 120 millones de euros del BEI. El cable permitirá aumentar la competencia en el sector de las telecomunicaciones y estimular el desarrollo de la economía regional, especialmente en sectores como la alta tecnología y la innovación. Este proyecto supone un paso importante en la construcción de la sociedad de la información impulsada desde la Unión Europea e intgrada en la iniciativa del BEI.

Esta institución fomenta la financiación de infraestructuras de comunicaciones como fórmula para favorecer el proceso de integración europea. El BEI es propiedad de los Estados miembros de la UE y capta los fondos que presta de capitales, donde sus emisiones de bonos obtienen un excelente "rating".